Cuando se comienzan las gestiones para repartir una herencia comienzan las tensiones. Y resulta muy triste que relaciones de amor fraternal comienzan a deteriorarse hasta límites incluso destructivos. Y no hay mejor leña para avivar ese fuego que afrontar de forma errónea el proceso particional.
Lo primero que deben entender los herederos es que no debe afrontarse el proceso comenzando por repartir propiedades, sino valores que en una fase posterior se concretan en bienes. Si hay cuatro hermanos que deben heredar a partes iguales, y la herencia tiene un valor de 100 a cada hermano deben adjudicarse bienes por valor de 25.
En consecuencia, el primer paso del proceso particional será valorar la herencia. Y en caso de que existan inmuebles, empresas, objetos de extraordinario valor, etc, lo conveniente será contratar un Perito Tasador profesional, objetivo y a ser posible que no haya tenido relación con los herederos.
Una vez obtenido el valor de la herencia procederemos a adjudicar bienes a los herederos conforme a la cuota hereditaria de cada uno. Puede ocurrir que todos los herederos tengan la misma cuota (a partes iguales), pero puede ocurrir también que no la tengan igual: bien porque en el testamento se establecieron mejoras, o porque alguno haya recibido donaciones en vida del causante colacionables.
Resulta aconsejable llegados a este punto que el profesional encargado de hacer la propuesta de partición indague en las circunstancias y preferencias sobre los bienes de los herederos e intentar satisfacerlas, bien porque algunos herederos ya han tomado posesión de algún bien a lo que consienten los otros herederos, o bien porque determinado inmueble se encuentre cercano al domicilio de alguno de ellos o le resulte de utilidad en el ejercicio de su profesión.
Por último, siempre he recomendado evitar, en la medida de lo posible, adjudicar un mismo bien a varios herederos creando con ello comunidades. Y desde luego desaconsejo la adjudicación de todos los bienes integrantes de la herencia en común y proindiviso a todos los herederos, lo que supone salir de una comunidad hereditaria para entrar en una comunidad ordinaria, lo que supone el mismo perro con distinto collar. Y es que las comunidades del tipo que sea son fuente de futuros conflictos en casi todos los casos.
Con todo lo anterior y las debidas explicaciones para que todos los interesados en el proceso particional lo comprendan, se evitarán desagravios, malentendidos, discusiones estériles y tensiones innecesarias.
La gran satisfacción del Abogado, después de cobrar sus honorarios, es solucionar conflictos y evitar pleitos a sus Clientes.